Cualquiera que sea tu convicción hay un hecho cierto del ser vivo: “La muerte es ante todo un fenómeno bio-fisiológico que, por lo tanto, afecta a todo viviente corpóreo y consiste en la cesación de la vida. Este fin se manifiesta por la extinción de las actividades vitales: crecimiento, asimilación y reproducción en el dominio vegetativo; conciencia y apetito sensoriales, junto con el movimiento dimanante de ellos, en el sensitivo”. (Diccionario de Filosofía, Walter Brugger).

Si nuestro cuerpo al morir sufre una transformación, con gusanos que se generan por la descomposición, hasta terminar en polvo y un conjunto de huesos, es también cierto que no desaparecemos del todo, aun cuando nuestro cuerpo sea cremado, permanecemos como cenizas por toda la eternidad del planeta Tierra. Es decir, nuestra parte material, nuestro cuerpo también será eterno desde la visión de los que no creen en la existencia del alma y en otra vida después de la muerte.

Por ello dejaremos el concepto de eternidad, en esta reflexión para entender la muerte desde otra perspectiva y esta es la de la “conciencia”, esto es: “En sentido etimológico, estricto propio, conciencia significa un saber concomitante conscientia acerca de la existencia psíquica propia y de los estados en que en un momento dado esta se encuentra”. (Diccionario de Filosofía, Walter Brugger).

Esto nos lleva a una simplificación de esta reflexión, por las limitaciones propias de este ejercicio de pensar desde las dos visiones. La materialista diría que la vida es la conciencia armonizada de todas las células y componentes del cuerpo humano que al romperse y desconectarse por cualquier hecho, producen la muerte. Pero para quienes piensan que la conciencia radica en el alma, el espíritu, al romperse la conexión por cualquier hecho con el cuerpo, ésta se desconecta de la parte corpórea para seguir viviendo desde otra realidad y dimensión, y seguir así hasta la eternidad vinculada a la conciencia de todo lo creado y vivo (conciente): Dios.

Deepak Chopra, en su libro “Jamás moriremos”, al respecto de la conciencia dice: “Lo que Jesús dice en este punto apoya el punto de vista de que el cielo se encuentra en todas partes, pero va más allá al afirmar que el cielo es una experiencia interior, una experiencia de la conciencia. Jesús ve el alma en todas partes y por lo tanto considera que la esencia de la gente radica más allá del tiempo y del espacio.

En otros capítulos del mismo libro, Chopra expresa: “En el momento que comienzas a utilizar la palabra “conciencia” has abandonado inmediatamente el campo de la ciencia”. Puedo citar un comentario del profesor Eric Cornell, ganador del Premio Nobel de Física publicado en la Revista Time: “La ciencia no consiste en conocer la mente de Dios; la ciencia trata de comprender la naturaleza y las razones de las cosas. Lo emocionante es que nuestra ignorancia excede nuestro conocimiento”. Continuando con el libro de Chopra: ¿es acaso posible que la medicina tenga todas las respuestas?... Refiriéndose a lo expresado por el Doctor Van Lommel, sobre sus estudios de las experiencias cercanas a la muerte… Lo que le produjo mayor asombro fueron esos reportes sobre estados de conciencia cuando no existía actividad cerebral… Esa paradoja todavía le llena de asombro:  “En ese momento las personas no solo están concientes; sus conciencias son más amplias que nunca”… Es una probabilidad inquietante, pero consistente con las tradiciones espirituales más antiguas del mundo... Las últimas citas al libro nos dice: “El yo no es otra cosa que la luz de tu alma”. “Sin importar que tan rico y talentoso seas, la muerte restablece la igualdad”.

Si la vida radicara en la conciencia, ¿dónde radicará ésta?, ¿en el cerebro o en el alma?, esta conclusión definiría la muerte y como la entendamos dependerá también nuestra actitud y lo que sintamos sobre la muerte.

Hasta aquí la reflexión para que tu saques tus propias conclusiones y decidas cómo vivir tu vida como tu la entiendas, así como entiendas lo que es la muerte y como aceptarla.

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