Es curioso como nosotros creemos lo que dicen los periódicos, pero cuestionamos lo que la Biblia dice. Es curioso como todos queremos ir al cielo sin tener que creer, pensar, decir o hacer nada de lo que la Biblia dice. Es curioso cómo puedes enviar cientos de chistes a través de e-mail, pero cuando comienzas a enviar mensajes diciendo la verdad de Dios, la gente lo piensa dos veces antes de compartirlos. Es curioso, ¿o no?
Es curioso como algunas personas pueden ser las mejores.