“Nuestra verdadera nacionalidad es la humanidad”. H G. Wells
Estamos viviendo tiempos de cambios profundos en la sociedad civil y la ciudadanía a lo largo y ancho del mundo, gracias a las nuevas tecnologías de la información, comunicación y conocimiento.
Vemos como en varias ciudades y países la ciudadanía se moviliza por diferentes motivos y causas.
Los cambios en todos los campos, por el fin de la era industrial y el nacimiento de la era del conocimiento e información, no solo afectan a las industrias, comercios o profesionales, también afectan a instituciones como la familia, las religiones, las partidos políticos, los gobiernos, las legislaciones, la educación y tantas cuantas constituyen el marco de la vida del ser humano.
El cambio profundo crea confrontaciones en un mismo país entre la sociedad tradicional inmovilista y absolutista y la nueva sociedad que exige libertad, democracia, justicia, respeto y derechos para la mujer, los niños, la naturaleza. Así vemos en el Medio Oriente y en los países árabes estos choques en búsqueda del cambio y de la nueva sociedad del siglo XXI.
En otros campos vemos esta misma confrontación por la lucha contra la corrupción, el consumismo y materialismo insaciable y por normas e instituciones que preserven la justicia y valores expresados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
La incertidumbre, la inseguridad, la lentitud en aplicar soluciones justas y equitativas moviliza a la sociedad civil que se informa, comunica, convoca, coordina y actúa utilizando las nuevas tecnologías. Ello ha creado un nuevo desafío tanto a los gobiernos democráticos como a los totalitarios que también utilizan las mismas tecnologías para vigilar y controlar a los ciudadanos.
En la nueva era se puede apreciar con preocupación y tristeza cómo en el caso de la ciudad de Detroit en Estados Unidos que después de haber sido la capital de la industria automotriz norteamericana ha colapsado y se ha declarado en quiebra. Muchas ciudades y pueblos viven procesos similares afrontando graves problemas, perdiendo población, que las abandonan ante la pérdida de puestos de trabajo y la impotencia por el accionar de algunos políticos corruptos y ciertos empresarios, que con una codicia insaciable, se suman con su accionar al proceso de decadencia.
La nueva era está creando y consolidando una ciudadanía universal, interconectada día a día en tiempo real.
Los estudiosos de la globalización se han dedicado más a estudiar y analizar los aspectos comerciales, industriales y tecnológicos de estos procesos que a los sociales.
La nueva comunidad global de la sociedad civil es uno de los fenómenos más importantes que estamos viviendo y este es quizás el cambio más profundo que nos han traído las nuevas tecnologías de la información, el conocimiento y la comunicación.
Somos cada día más ciudadanos del mundo y participes del rumbo al futuro de la nave Tierra.
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