El andar a caballo a unos hace caballeros, a otros caballerizos.
Las comparaciones que se hacen de ingenio a ingenio, de valor a valor,
de hermosura a hermosura y de linaje a linaje, son siempre odiosas y mal recibidas.
Menester es que unos caminen y otros naveguen; unos rían y otros lloren;
unos sean buenos y otros malos; que por esta variedad es la naturaleza más hermosa.
La variedad es la madre del placer.
Todas las generalizaciones son peligrosas, incluso ésta.
La diferencia entre paisaje y paisaje es poca, pero hay una gran diferencia entre los que lo miran.
La luz es para todos los ojos; pero no todos los ojos son para la luz.
Vivimos en un mundo donde los hombres se visten con trajes ya confeccionados. Peor para ti si tienes demasiada talla.
Vivo: es decir, me diferencio de todos los demás.
Las montañas siempre han hecho la guerra a las llanuras.
El gran manantial del placer es la variedad.
La abeja y la avispa liban las mismas flores, pero no logran la misma miel.
Si no podemos poner fin a nuestras diferencias, contribuyamos a que el mundo sea un lugar apto para ellas.
Generalizar siempre es equivocarse.
Dos personas miran al exterior a través de los mismos barrotes: la una ve el fango y la otra las estrellas.
Encuentro tanta diferencia entre yo y yo mismo como entre yo y los demás.
La unidad es la variedad, y la variedad en la unidad es la ley suprema del universo.
Un mismo texto admite infinito número de interpretaciones.
No a todos gusta lo mismo; unos cogen espinas, otros rosas.
Si todos tirásemos en la misma dirección, el mundo volcaría.
En la variedad está el placer.
Nadie es como otro. Ni mejor ni peor. Es Otro. Y si dos están de acuerdo, es por un malentendido.
La única división natural del hombre es en fuertes y débiles, listos y tontos.
Nunca se mezclan el agua y el fuego.
Siempre y nunca, es tan largo el uno como el otro.
No se enganchan a la misma lanza el caballo fogoso y la cierva temerosa.